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Reseña: «NANA»

Luego de dar positivo a Covid y estar sentenciado al encierro en mi habitación toda la época de navidad y año nuevo, me propuse revisitar un anime que no veía casi desde la época de su estreno, desde mi temprana adolescencia. Una serie a la que recordaba con cariño por ser conmovedora y entretenida. Lo que no recordé es que se trataba de una verdadera obra maestra de la narrativa romántica.

-Calificación: [9,8/10 ]


Una obra maestra inacabada

Partamos con el hecho de que NANA es una obra de la mangaka Ai Yazawa, publicada desde 2000, pero que tristemente se encuentra en un hiato indefinido desde 2009, parada a mitad de un arco argumental, y por ende incompleta. Sin embargo su impacto no ha sido reducido a menos, pues sigue siendo una gran indispensable tanto de la literatura como de la animación japonesa.

La historia sigue a dos veinteañeras desconocidas que se mudan a Tokio para cumplir sus sueños. Ambas comparten el mismo nombre (Nana), pero son radicalmente diferentes. Podría decirse que son contrarias perfectas, sin embargo, son el complemento perfecto para la otra. Las Nanas se conocen al inicio de su viaje en tren, y desde entonces sus destinos estarán atados para siempre. Desde nuevas amistades hasta traiciones, las Nanas descubrirán que cuando los sentimientos se involucran, es difícil no derramar sangre en el camino.

El manga llegó a 85 capítulos antes de ser pausado, pero cuarta parte de la historia pudo adaptarse a dos películas, y poco más de la mitad sirvió de material para la serie de 47 capítulos, que revisaremos a continuación.

El talento en el arte de Yazawa es impresionante en muchos niveles. Su estética basada en la moda alternativa y el diseño de sus personajes es hermoso y provocador. Desde un punto de vista externo puede parecer pretencioso y bohemio de sobra, pero es que su escritura también es de primer nivel. Comprende a la perfección la motivación, los defectos y las preocupaciones de sus personajes, esto hace que la historia avance con una naturalidad que no perdona en cuanto a tragedias o momentos difíciles de digerir, pero te obliga a querer saber qué pasará después. Incluso haciendo un lado a los personajes, comprende el valor de los escenarios, cada habitación, estructura, o espacio es elemental para la trama. Cada momento que parece aleatorio puede significar un hito más adelante.

Muchos pueden cuestionar el melodrama extremo que surge a momentos, el dolor innecesario y las coincidencias. Pero la verdad es que NANA es verosímil, es fiel a su propio universo, y su universo es bastante cercano al nuestro en cuanto a las reacciones humanas de sus personajes. No glorifica a los héroes, no criminaliza a los villanos, no justifica los errores que todos cometemos como tampoco excusa las injusticias. No necesita hacerlo porque así es el mundo. Eso no significa que NANA sea una historia para sufrir en todo momento, pues las relaciones de los personajes son tan intensas, que llegas a envidiarlas incluso en sus malos momentos.

Es esta vida juvenil independiente la que significó un impacto cultural desde Japón hacia el resto del mundo cuando la obra fue publicada originalmente, pues la visión a veces romántica, a veces trágica, y siempre cruda de Yazawa, capta la atención de cualquiera en un instante.

Hay una razón por la que yo me enamoré del anime la primera vez que lo ví, y es la música. Las canciones originales, que es lo único que el hermoso arte del manga no puede igualar. En el anime, Anna Tsuchiya y Olivia Lufkin cantan las canciones de Black Stones y Trapness respectivamente, y son estas canciones las que le dan la personalidad definitiva, mas no el único carisma.

La prueba de que NANA no se limita a apariencias es que en un mundo muy estético, donde las actitudes, las vestimentas y los sueños son tan foráneos, alternativos e irreverentes; mi personaje favorito, y seguramente el del público, es un abogado calvo, adicto a trabajo y reservado. Ese es solo un pequeño ejemplo de los detalles que esta obra se guarda para los que aprecian con pasión.

Animes perfectos como este, son hechos para ser vividos muchas veces. Pero al ser tan extenso, y ahora yo al revivirlo, comprendo por qué se la mitifica tanto. Si bien me encantó en mi primera sesión, es recién ahora cuando me puedo poner en la piel de los personajes, es recién ahora que tengo la madurez de vivir lo que ellos viven y de sufrir lo que ellos sufren. Es hoy que tengo la curiosidad de profundizar en sus canciones y la experiencia de analizar sus letras, de amarrarlas a su historia. Más de 10 años atrás disfruté el anime, ahora lo sufrí, pero amé sufrirlo.

De Yazawa, me tocó ver la adaptación al anime de Paradise Kiss, también por el estudio Madhouse, que posee los mismos valores estéticos y una historia bastante sólida, aunque menos intensa; y este regreso a NANA me obliga a comenzar su manga desde cero. Aunque obviamente quedaré insatisfecho por su parón, creo que es lo más justo que puedo hacer. El epílogo del anime, es en realidad el epílogo de un arco, pero es un cierre al fin, y si le das la interpretación justa, es un final satisfactorio.

A este punto, parece difícil que el manga vaya a ser terminado, pero prefiero eso un millón de veces a que nunca haya comenzado, y el que el mundo nunca haya tenido la oportunidad de presenciar una historia de este calibre.

Nunca creí que el tiempo con el virus se me haya hecho tan corto, y esto se lo debo a esta historia tan entretenida de sufrir, y aunque es bastante aclamada, es una de esas obras que todos dicen conocer, pero que muy pocos le dan la oportunidad. Espero que si estás leyendo esto, eso cambie.


-Fecha de estreno: 5 de Abril de 2006
-Capítulos: 47
-Género: Drama, Romance, Música, Comedia
-Creadora: Ai Yazawa
-Estudio: Madhouse
-Ficha en MyAnimeList: https://myanimelist.net/anime/877/Nana

Asesino serial y catador de música

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