Prólogo 1: Escritura automática frente al espejo.
Le cuesta demasiado expresar sus reflexiones con palabras, tal vez por su exceso de películas independientes, novelas químicas, escasez de libros de antropología, filosofía, o un puto diccionario.
Si pudieran leer su mente, el mundo cambiaría.
La familia piensa que es un chico que tocó fondo y que supo levantarse otra vez (hablando académicamente) por su puesto no saben que es agnóstico. Sus compañeros de primaria lo ven como un borracho sarcástico y nostálgico, con gustos musicales particulares y buenas anécdotas al cual tienen mucho aprecio, debido a que lo vieron crecer en tiempos violentos. Sus compañeros de secundaria lo ven como un loco intelectual que ama y se preocupa de más y puede llegar a hacer y decir cosas demasiado fuera de lugar, trastorno de ansiedad, frío, pero sincero en los momentos de brindar y dar consejos. Mientras que sus colegas universitarios lo ven como un acabado fiestero que no sabe bailar, y un veterano justiciero rebelde el cual aprovecha cada momento de ocio para demostrar que tiene motivos para joder con el presente, un emocional con muchas vidas, que se enamora de la primera radical que llame su atención, con todo lo que se contradiga a la suerte. El 90% de las chicas con las que estuvo tanto casual , sexual como emocional y seriamente, lo ven como un mentiroso que se adapta a su contexto para conseguir placer y cariño, el otro 10% no se acuerda de su rostro, nombre o existencia. Sus amigos más cercanos son los que más reciben palabras suyas, los que más creen comprender pero menos comprenden, traumado por la muerte de un par de mascotas, y con ataques de pánico constantes, (los cuales están bajo su control, carajo). Una cosa tienen en común, todos ell@s saben que el guarda más secretos que un evangelio de Judas.
Si pudieran leer su mente, el mundo cambiaría.
Si lees esto conociéndolo, sabes que es compositor, amante del karaoke, con pésima voz, obsesionado con cierta banda de pop rock, cínico de profesión, estudiante de clase media con deseos humildes, comentarios oportunos, un psicólogo sin certificado, pero un weirdo de mal gusto. Si lees esto sin conocerlo debes estar aburrid@, pues hiciste click en el primer enlace de facebook o twitter que viste con un título interesante. Si lo conoces sólo de vista, debes pensar que es un resentido social bastante bipolar. Si lo conociste antes y ya no le hablas más, te preguntarás ¿Qué carajos le pasó?. Si lo acabas de conocer, debes pensar que es un extraño chistosito cliché. Si lo conoces y sabes que te conoce, sin embargo, siguen caminando sin dar el saludo, es un hecho profético que sientas odio y rencor hacia él, pues fuiste víctima de manipulación, y no lo bajas de hipócrita y orgulloso.
Si no puedes leer su mente, no puedes cambiar el mundo.
Si pide que lo describan, surge un debate de adjetivos; interesante u ordinario, astuto o imbécil, buen tipo o falso, libre o borracho, optimista o suicida, positivo o autodestructivo. Cada uno de esos adjetivos lo describe a la perfección, sin embargo no son aquellos que navegan por su cerebro.
Pues si pudieran leer su mente, el mundo cambiaría.