Reseña: «THEY MIGHT BE GIANTS» (1971)

-Calificación: [8,1/10 ]

————————————

Ya reseñé la filmografía oficial completa de David Lynch (me faltan sus cortos y pilotos sueltos), ya vamos en la mitad de las reseñas de la franquicia (audiovisual) de Digimon, y ahora traigo otra propuesta. Reseñaré algunas de mis adaptaciones favoritas al cine del personaje que más veces ha sido adaptado al cine, el detective de deducción, quizás el más famoso de todos los tiempos, Sherlock Holmes.

Algo curioso, es que muchas de las obras que reseñaré, no vienen de historias originales de Conan Doyle, de hecho, ésta con la que comenzaré, ni siquiera es una historia de Sherlock Holmes en absoluto (ya entenderán por qué). Tampoco reseñaré series como Elementary y House M.D., que si bien se basan en la obra de Doyle, y me encantan; son muy extensas y no tengo los apuntes correspondientes, aunque tampoco lo descarto a futuro. En fin, comencemos.

They Might Be Giants sigue a un juez reconocido de Nueva York, quien a causa de un trauma por una tragedia terrible en su vida, sufre una crisis de identidad, al punto de identificarse a sí mismo como Sherlock Holmes, y además creer firmemente que el profesor Moriarty lo está buscando. La locura no es un tópico nuevo en el blog, es sin duda una idea explotada, pero que nunca me canso de ver representada cuando se hace correctamente y con respeto.

Es una premisa básica que podría describir a una vulgar parodia o comedia de situación, pero lo que tenemos aquí es a una verdadera obra de culto, que ha sabido trascender, y se ha convertido en el híbrido perfecto entre la comedia y el misterio.

Protagonizada por dos de los más grandes de su época, George C. Scott y Joanne Woodward, quienes debatiblemente hacen a una de las parejas con más química que vi jamás. Ambos estelarizan una historia que te enseña a conocer al otro, a matar todos los prejuicios, a dejarse llevar y luego a conocerse uno mismo.

El título hace referencia a un fragmento icónico de Don Quijote, incluso para los que jamás leyeron al Quijote, toda la narrativa de la película es un tributo a la locura del Caballero de la Triste Figura, un homenaje muy bien recibido y que de verdad llega al corazón, algo que también sentí con The Man Who Killed Don Quixote (2018) de Terry Gilliam (reseña click aquí). De hecho me animo a describir torpemente al filme como una mezcla entre Don Quijote y Annie Hall (1977), aunque de este último sólo coincide en ser una comedia romántica en Nueva York.

Otro tributo secundario pero importante, es a Alicia en el país de las maravillas de Lewis Caroll, y creo que se siente más fuerte en esa icónica escena en el supermercado, cerca del epílogo. Sé que estoy soltando el adjetivo “icónico” a la ligera, pero es que siento que sí se lo merecen y cuando lo vean comprenderán por qué.

Pero no se puede hablar de esta cinta sin hablar de su epílogo, que creo que en sí, es más grande que la misma película. Sin duda uno de los mejores finales en obras de cualquier medio que ví en mi vida, un final agridulce que se puede interpretar de muchas maneras, pero todos coincidirán que es hermoso. Ya sea que derrames lágrimas de tristeza, felicidad o simplemente emoción, o te pares y aplaudes, creo que sólo por esta escena, la película entra en la categoría de las que «tienes que ver antes de morir».

El impacto cultural de la película fue tan grande, que una banda homónima (obviamente) adoptó el título como nombre, y hoy dicha banda es más conocida que la misma película.

Muchas citas memorables, tierna, con acción y risas, un humor inocente natural. Una película que hará pasar un buen rato y recomiendo mucho ver en compañía.

*A la fecha de este artículo, la película completa está subida a Youtube en su idioma original en full HD.

---

-Fecha de estreno: 9 de Junio de 1971
-Dirección: Anthony Harvey
-Idioma original: Inglés
-Género: Comedia, misterio, romance
Duración: 98 minutos

-Ficha en IMDB: https://www.imdb.com/title/tt0067848