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Reseña: CALEB LANDRY JONES – «THE MOTHER STONE» (2020)

-Calificación: [7,4/10 ]


Hace más de seis meses ya revisé este disco, pero no me gustó como quedó la reseña, ya que el proyecto resultó excesivamente experimental y se sumergía en demasiados géneros, había demasiado elementos que había dejado de lado y no sabía cómo describirlos. Lo único que me había quedado claro es que me había gustado.

Sin embargo, estamos a un día del lanzamiento del top de discos de fin de año, y me molestaría mucho no incluir este proyecto por el simple hecho de no tener una reseña, así que aunque básica y corta, demos una revisada. Además a diferencia del primer intento de reseña, ahora tengo al disco mucho más digerido.

Caleb Landry Jones es un actor, uno con una trayectoria no muy grande pero muy reconocible. Sus interpretaciones a resaltar fuera del cine indie, a mi parecer son en las películas Three Billboards Outside Ebbing, Missouri (2017) y Get Out (2017); pero el proyecto donde en verdad ganó mi respeto fue en la tercera temporada de Twin Peaks. Aunque sus actuaciones dan de qué hablar, hoy no venimos a hablar de cine.

The Mother Stone es una ópera prima que resalta muchísimo por su variedad y creatividad. Es como un montón de ideas acumuladas en muchos años que podían plasmarse en muchos discos, son fusionadas y apretadas en uno solo. Es extraño, pero en el sentido divertido. Variedad de géneros, pero con el jazz a la cabeza Mucha improvisación pero mucha técnica.

Un álbum larguísimo, un tercio de las canciones superan los cinco minutos de duración, pero para compensarlo, las canciones de cierre son las más ligeras. Suena a que es un disco conceptual y como las canciones casi se interconectan tiene sentido, pero no lo es, la variedad del disco también afecta a su concepto.

La letra es otro punto interesante, ya que aborda tópicos existenciales que parecen sacados de una libreta de notas de un actor de método como los es Caleb. Es caso es que se puede sentir no solo la letra, incluso los garabatos y dibujos de la misma libreta plasmados en la música.

Si les gustan los Beatles en su era psicodélica de Sgt. Pepper y Magical Mystery Tour, este disco es muy clavado a ese estilo, la voz de Landry es casi exacta a la de Lennon en I am the Walrus, aunque tiene brotes tenebrosos donde se hace grave, con una multitud de interludios orquestales y música tétrica de circo.

Sin embargo las influencias no se quedan ahí, pude identificar un grunge casi idéntico al de nirvana en «The Big Worm» por ejemplo.

En cuanto a aspectos negativos, algunas canciones se sienten como “2 en 1”, en las que la primera mitad es agotadora y la segunda es genial, este es un problema ya que las dos partes no se sienten como una unidad, ni tienen acordes o temas en común, una molestia que ocupen el mismo track. Otro problema es que no sabe cómo y cuándo terminar una canción, y no me estoy quejando de la duración, sólo de los cierres que a veces son bruscos y cortados y otras veces se estiran tanto que casi forman otro tema instrumental.

Yo no soy muy fanático de lo experimental, no porque no me gusta lo improvisado (por el contrario, creo que cuando los músicos se dejan llevar y rompen ataduras sacan lo mejor de sí), sino porque  se tiende a meter filtros y jugar con la post producción porque sí, solo se adorna porque se puede. Sin embargo de vez en cuando, se nota que hay una mente que estructure todos estos “adornos”, con visión y coherencia, pueden salir maravillas como este disco.


-Salida Oficial: 1 de mayo de 2020
-Mejores Canciones: «I Dig Your Dog» «Flag Day/ The Mother Stone» «No Where’s Where Nothing’s Died» «Thanks for Staying»

Asesino serial y catador de música

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