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El “Volver al futuro” que nos tocó

*Artículo originalmente publicado para la revista La Ramona del diario Opinión el día 26 de Junio de 2020. VER PUBLICACIÓN

También puedes escuchar el podcast sobre la serie: Click aquí

Netflix no solo es la indiscutible plataforma de streaming online más popular (en parte por ser pionera), y es que como productora, ha concebido una gran variedad de series y películas aclamadas por la crítica general, quizás más en sus inicios, pero al día de hoy aún se estrenan por lo menos un par de producciones al año que logran un recibimiento popular fenomenal.

Series como Stranger Things, House of Cards, Orange is the New Black, o todo su catálogo de Marvel, son sólo algunos ejemplos no solo de la calidad de sus producciones, además de la variedad en géneros y de precisión por arriesgar en proyectos poco usuales.

Dark, que con su segunda temporada, para mí se coronó como la mejor serie del año pasado, y estamos hablando del año donde estuvieron Watchmen, Chernobyl, The Mandalorian y Peaky Blinders por soltar algunos nombres, regresa para un último round y con significativamente más atención que nunca.

La trama de Dark sigue al típico pueblito marginado donde cada uno de sus habitantes tiene secretos y donde pasan cosas extrañas de manera demasiado oportuna, nada sorprendente hasta ahí. La historia de este pueblo se cuenta en diferentes líneas temporales, pero no de forma paralela, de forma lineal.

La gracia de Dark es que explota el recurso cinematográfico tan popular de “viajes en el tiempo” y lo convierte en un thriller de misterio y horror repleto de giros que envician al espectador. No es la primera producción en hacer algo así, en este momento se me pasa por la cabeza 12 Monos con Bruce Willis, pero muy sobre esta, Dark se molesta en crear paradojas que obligan al televidente a verla con lápiz y papel en la mano, lo hace sin llegar a ser tediosa, y de hecho, te hace sentir detective.

Algo que siempre aclaro al recomendar esta serie, aunque al principio es muy difícil de digerir, cuando se llega a la mitad de la primera temporada y los primeros secretos se revelan, todo vale la pena y cada sorpresa se hace muy reconfortante. Mientras más grande sea la frustración, más complacientes son sus momentos de clímax.

En cuanto a factores técnicos, el trabajo de cámara es poesía visual que amarra escenas argumentalmente paralelas, con composiciones similares pero contextos ajenos. El diseño de producción logra que aunque veamos escenarios en más de tres líneas temporales, sepamos que se tratan de las mismas locaciones, ni hablar de la ambientación, ya que no se necesitan textos en pantalla para que seamos conscientes del año en el que estamos (en la serie). Al mismo ritmo la mezcla de sonido nos sumerge en la fría incertidumbre que nuestros protagonistas sienten, y su banda sonora funciona como una máquina del tiempo individual, resignificando clásicos como «Irgendwie, Irgendwo, Irgendwann» de Nena (de cualquier manera, en cualquier lugar, en cualquier momento).

Algo que yo no comparto con la opinión popular, es categorizar el género de “drama adolescente”, porque dicha descripción hace que series como Dark se mezclen entre proyectos lejanamente inferiores como 13 Reasons Why o Pretty Little Liars. Quisiera decir que Dark se acerca más a un melodrama de crimen estilo Twin Peaks, pero sobrecargado de ciencia ficción; con mucho secretismo pero también sujeto a su propia lógica científica. Por supuesto no se salva de tener simbología religiosa que le da ese saborcito sobrenatural que a muchos les encanta.

Y ojo que estamos hablando de una serie que además de ser “no gringa”,  es alemana, y supo quebrar cualquier barrera cultural o habitual, encontrando su propia fórmula y estética amigable para los ojos alrededor del mundo.

Su tercera y última temporada llega este 27 de junio (una fecha muy especial dentro de la propia historia de la serie), después de un tiempo récord de producción de un año y con un contexto apocalíptico casi profético respecto a los tiempos difíciles en los que vivimos.  Un final destinado a cerrar un “círculo perfecto”, quizás con más fidelidad a ese término que cualquier otra serie.

Una trama abrasadora, rica en personajes y actuaciones, subtramas que no se sienten como relleno, visualmente exquisita, es la historia de viajes en el tiempo de nuestra generación, tal como alguna vez lo fue la trilogía de Volver al futuro, Dark también posee un formato de trilogía y abarca casi las mismas eras,  aunque en contextos completamente distintos, muy acordes al tiempo de su lanzamiento. Sin dudas el evento de entretenimiento televisivo definitivo para cerrar esta caótica primera mitad del 2020.

Asesino serial y catador de música

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